MAGAZINE

Cuando eres reo, compareces ante una jueza y era tu compañera en el Colegio: la historia de Arthur Booth

Cuando niño, se sentaban juntos en clases

 

Arthur Booth es un nombre más allá de su prontuario delictual, amplio desde muy temprana edad. La vida fue dura para un hombre que en la infancia era todo lo contrario: un niño amable e inteligente, según las palabras de una persona que lo conocía muy bien.

Si no hubiese sido una jueza quien las pronunció, ésta sería una historia más dentro de la esfera delincuencial estadounidense.

Sin embargo, el momento no sólo se volvió viral, sino, una lección para la sociedad, muchas veces estigmatizadora, y para un sujeto que vio una salida por medio de las señales adecuadas.

Esta es la historia de Arthur Booth, recogida en varios medios a nivel mundial, entre ellos la cadena CBS.

Para juzgar el presente de una persona, hay que estar en sus zapatos o, por lo menos, saber quién los calza. Precisamente es lo que pasó entre la jueza Mindy Glazer y Arthur Booth.

Este último, destacó en la escuela secundaria por hacer deportes, ser bueno con los números y otras ciencias; además se caracterizaba por ser un compañero amigable, según la fuente.

Sin embargo, la vida da muchas vueltas y, a la edad de 17 años, Booth tomó el camino equivocado. Cayó en el mundo del juego y recurrió a las drogas debido a la angustia que le generó perder en reiteradas ocasiones. Así, la ludopatía ganó amplio terreno en su vida.

Una cosa llevó a la otra y, pocos años después, ya estaba sumergido en el mundo delincuencial, con robos que lo llevaron a prisión.

Quienes lo conocían, no podían creer que un compañero de la educación media en Miami pudiera caer tan bajo; y peor aún, quedar tras las rejas. Tal es el caso de Glazer, a quien la vida la posicionó del lado de la aplicación de justicia.

Nuevamente, Arthur Booth estaba en problemas con la justicia. Entrar y salir de la cárcel era un modo de vida para este hombre, quien tenía potencial para desarrollarse en sociedad, pero lo usaba de modo equivocado.

Un día después de ser apresado por robo en Hialeah, Florida, compareció con su traje naranja ante la jueza Mindy Glazer, en la Corte del Condado Miami-Dade. Fue entonces que ella se dio cuenta quien era el convicto al que debía procesar.

– ¿Se acuerda de mí?
– Oh, Dios mío. Oh, Dios mío (Booth rompe en llanto)…
– Lamento verlo en este sitio. Siempre me pregunté ¿qué ocurrió con usted? Éste era el chico más amable de la Secundaria. Era el mejor chico de la Secundaria, yo solía jugar fútbol con él y mira lo que ocurrió.

Las palabras de la jueza Glazer calaron en lo más profundo de Booth, al punto en que éste comenzó a llorar desconsoladamente, tras reconocer a su ex compañera de la Escuela Secundaria Nautilus.

La jurista reveló que se sentaba al lado de Arthur, quien le contó que quería ser cirujano. Evidentemente, sus planes cambiaron de golpe y ella no tuvo más remedio que aplicar la ley, tras las acciones de su ex compañero de estudios. Le impuso una fianza de 44 mil dólares y lo envió a prisión por el delito de robo.

El llanto de Arthur Booth no tuvo nada que ver con el castigo judicial por robo. Sus sentidas lágrimas llegaron tras reconocer a Mindy Glazer, una de sus más entrañables compañeras en educación media (o Secundaria), en Miami.

Sin embargo, no todo quedó en lamentos. El encuentro derribó las máximas que condenan a quienes cometieron errores, cambió el paradigma: “Árbol que nace torcido, jamás endereza sus ramas”.

Y es que la vida de Booth, tras ser recluido en prisión, comenzó a dar pasos firmes, camino a la reinserción.

En primer lugar, pasó los meses siguientes en prisión, mostrando una buena conducta y sumergiéndose en libros de negocios; aprovechando sus aptitudes para los números, según destacó la jueza Glazer, casi un año antes, al reconocerlo en la corte.

En 2016, a 10 meses de estar tras las rejas, fue puesto en libertad condicional, debido a sus avances en materia de reinserción.

“Porque sé dónde podría haber estado, pero no voy a renunciar a la vida. Es simplemente una nueva oportunidad de vida para mí en este momento”, declaró Booth.

En la misma sede judicial de Miami-Dade, donde la jueza Mindy Glazer envió a prisión a su excompañero de educación media, Arthur Booth, tuvo lugar un encuentro significativo, sobre todo para un exconvicto.

La jurista sabía el momento en que su ex compañero de clases saldría de la prisión y atinó a esperarlo para darle un saludo afectuoso, esperando de éste un compromiso real por enderezar su vida. “No volverá a verme en prisión“, le aseguró Booth.

Según CBS, para Arthur no fue fácil cumplir su promesa. Detrás de ésta, estaban sus adicciones a las drogas y la ludopatía. Sin embargo, el seguimiento a su caso da cuenta de que a lo largo de los años se ha mantenido fuera de problemas judiciales, con ayuda de terapia.

De hecho, se supo que consiguió trabajo en una empresa farmacéutica, donde obtuvo un cargo de dirección, tal como ocurrió con su vida. Ahora vive en una casa que pudo comprar, lejos del robo, los juegos y la cárcel.

Trascendió, además, que la jueza Glazer guarda contacto con Arthur Booth, para incentivarlo a continuar por el buen camino.

A la fecha, cultivan la amistad que había quedado en pausa cuando un chico de los suburbios, con un futuro prometedor, cayó en las garras de las drogas y el juego, sin que nadie pudiese hacer algo al respecto, hasta que una mano amiga aplicó justicia, pero también apoyó para una verdadera reinserción.

 

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba