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La escalofriante razón por la que nadie quiere vivir en una casa de EE.UU: lleva 60 años deshabitada

 

La casa 2475 Glendower Place en Estados Unidos lleva 60 años sin ser habitada, pues durante 1925 a la fecha, al menos uno de los integrantes de todos sus antiguos dueños, murieron en extrañas condiciones.

Desde el 2022, la mansión está en el mercado inmobiliario por 2,4 millones de dólares, ya que sus actuales dueños se niegan a vivir en ella.

Las razones de su abandono es por la historia misteriosa y escalofriante que mantiene, pues la casa es parte del libro “Relatos de casa embrujadas” (2021), del autor Saenz Aguilar, que relata historias sobrenaturales basadas en hechos reales.

Previo a sus actuales dueños, fueron más de 3 familias que vivieron momentos trágicos que dejaron al menos uno de sus integrantes fallecidos. Es por ello que cada vez que un nuevo interesado realiza su compra, la abandona y hace todo lo posible por revenderla.

El estado actual es el de una mansión deteriorada, pese a que fue remodelada por sus actuales propietarios.

Historia de familias donde sus integrantes son asesinados

La casa fue construida en 1925 y poco tiempo después, su historia está marcada con sangre.

Sus primeros propietarios oficiales fueron una pareja llamada Harold y Florence Schumacher. Ambos murieron luego de vivir en el lugar, con pocas semanas de diferencia en 1928.

Dos años más tarde, el editor de la revista Welford Beaton y su hijo Donald se mudaron a la casa. Sin embargo, Donald desarrolló una infección y murió con solo 21 años.

Ya a inicios de 1950, vivían nuevos residentes, el médico Harold Perelson, su esposa Lillian y sus tres hijos, Judy, Joel y Debbie.

Pasado el tiempo, el médico comenzó a tener problemas en su matrimonio tras una deuda.

En el capítulo 7 “Mansión Los Feliz”, del libro “Relatos de casa embrujadas”, se detalla la historia aterrorizante que vivió esta familia, específicamente los recuerdos que mantiene una de las hijas del matrimonio, la cual provocó que nunca nadie viviera en ella.

A raíz de la crisis económica que atravesaba la familia, Harold experimentó una serie de enfermedades coronarias, sin embargo, tal como indica el libro, aquellas eran producto de sus fallidos intentos de suicidio con drogas.

Todo cambió la madrugada de 1959, cuando los vecinos de la zona despertaron producto de los gritos desgarradores que provenían desde la casa de los Perelson.

Harold Perelson contra su familia en la casa 2475 Glendower Place

Harold se habría levantado a las 5 de la mañana el 6 de diciembre de aquel año. Se dirigió hasta el piso inferior de la casa, tomó un martillo y subió hasta el dormitorio principal donde dormía su esposa.

Su siguiente paso fue golpearla en la cabeza. Sin embargo, Lillian no murió en el momento, sino que falleció por asfixia, producto de la sangre que se acumuló en su boca.

La siguiente víctima sería la mayor de sus hijos, Judye, a quien pretendía asesinar de la misma forma que su esposa, pero ella logró sobrevivir al golpe.

“Se despertó aterrorizada y encontró a su padre sosteniendo un martillo ensangrentado sobre su cama”, explica el libro.

Sin embargo, logró escapar luego de que uno de sus hermanos llegara hasta la habitación, siendo el momento adecuado para que ella saliera por la ventana en dirección a la casa de Cheri Lewis, su vecino.

Al momento en que Judye era atendida, y se le dio aviso a las policias, Harold se dirigió hasta el baño para mezclar una gran cantidad de Nembutal (sedante) con agua, e ingerir 31 pastillas tranquilizantes.

Cuando las autoridades llegaron hasta la casa, encontraron al médico muerto, con el martillo con sangre aún en su mano.

Luego de ello, los tres niños pasaron a custodia de su tía y poco tiempo después la casa fue abandonada.

Nuevos dueños de la casa 2475 Glendower Place

No fue hasta que se vendió en una subasta de sucesión a Emily y Julian Enriquez, donde ninguno vivió en la propiedad, pues solo era ocupado como lugar de almacenamiento.

Tras la muerte del matrimonio, la mansión pasó a su hijo Rudy, quien tampoco la habitó.

“En los 60 años transcurridos desde los asesinatos, algunas almas valientes que husmearon en la casa han informado de una serie de fenómenos sobrenaturales alrededor de 2475 Glendower Place”, detalla el libro.

“Gritos y gemidos… la voz de una mujer gritando ¡No! con voz aterrorizada, seguida con gritos frenéticos… la visualización del rostro de una mujer desde la ventana”, todo en base a los dichos de cazadores de fantasmas.

Luego de ello, la mansión pasó a dos familias más cuando Rudy murió, hasta los actuales, quienes intentan venderla por 2,4 millones de dólares.

Casos similares

Historias similares son aquellas en la cual se basan las más famosas películas de terror.

Una de las más conocidas es la historia de la casa en la película “El conjuro”, la propiedad 1677 Round Top Road ubicada en Harrisville, Rhode Island, Estados Unidos.

Esta residencia construida en 1836 es parte de una serie de hechos paranormales.

La película original, se basó en relatos tomados de una de las familias habitantes de esta granja con catorce habitaciones.

Según la historia se afirma que está embrujada por la presencia de Bathsheba Sherman, quien en el siglo XIX vivía en la casa y que atenta contra sus residentes.

Los investigadores paranormales más famosos son Ed y Lorraine Warren, quienes fundaron el equipo de caza de fantasmas más antiguo de Nueva Inglaterra, y que en la década del 70′ fueron contratados para librar a la casa de su maldad.

La casa de Amityville

Otro caso muy similar, basado en historias de casas que son parte de sucesos trágicos, es la de Amityville.

En 1974 Estados Unidos se impactó por el asesinato de la familia Defeo completa, los dos padres, dos hermanos y dos hermanas, en Amityville, ubicado en Long Island.

Todo comenzó cuando uno de los hijos del matrimonio, Ronald, le disparó a sus padres y cuatro hermanos mientras dormían al interior de su casa en el 112 de Ocean Avenue.

Ronald tenía 23 años y la noche anterior al homicidio drogó a sus víctimas para fusilarlos a cada en sus respectivas habitaciones.

El hombre disparó a todos por la espalda, a excepción de la madre, quien fue descubierta con una bala en la cabeza.

Tras el asesinato, Ronald escondió la escopeta y corrió hacía un bar del pueblo, donde señaló que alguien había asesinado a su familia. La policía llegó al lugar y encontró la macabra escena.

Debido a la débil coartada del joven, las autoridades descubrieron que el autor de los crímenes fue él mismo, por lo que los jueces lo condenaron por asesinato premeditado, sentenciándolo a veinticinco años de cárcel por cada una de sus víctimas.

Posteriormente, tras el macabro accidente, una nueva familia se mudó, sin embargo, fueron víctimas de cientos de sucesos paranormales.

Ruidos, olores y manchas desconocidas aparecían por toda la casa, lo que instó a que el caso fuera llevado por los famosos, Ed y Lorraine Warren.

Tras el caso, se crearon una serie de películas y novelas basadas en la trágica historia de la familia Defeo. Entre ellas, ‘Terror en Amityville‘ (2005), interpretada por Ryan Reynolds.

 

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