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El piloto que se convirtió en el mejor de la historia en volar un F-14 y EEUU no habla de él

 

En 1986 Top Gun tuvo un éxito arrollador en la cartelera cinematográfica de Estados Unidos. La historia, protagonizada por el carismático Pete “Maverick” Mitchell, no sólo generó una millonaria recaudación sino que además ayudó a impulsar el interés de los jóvenes norteamericanos por la aviación militar.

De hecho, después del debut de la cinta, las solicitudes para inscribirse en los reclutamientos de la Fuerza Aérea de EE.UU aumentaron en un importante porcentaje.

Y aunque las hazañas aéreas logradas por el personaje interpretado por Tom Cruise eran ficticias, lo cierto es que cuenta con una versión real que se asemeja bastante a lo que vimos en la pantalla grande.

Se trata de un aviador militar que, tal como Maverick, piloteó con gran éxito el famoso F-14 Tomcat, llegando a ser conocido como el piloto de esta aeronave más exitoso de la historia.

Sin embargo, pese a sus grandes proezas en el aire, su excelente manejo del avión y valentía a toda prueba, es probable que nunca hayas oído hablar de él. ¿La razón? No era estadounidense. Es más, peleó por Irán, el enemigo de Washington.

El protagonista de esta nota se llama Jalil Zandi, piloto de combate que sirvió en la Fuerza Aérea de la República Islámica de Irán en la Guerra entre Irán e Irak. Durante dicho conflicto bélico, sus destrezas lo llevaron a convertirse en el terror de los enemigos a bordo de su F-14.

Llegada de los F-14 a Irán

El F-14 Tomcat fue el primero de una serie de aviones en cuyo diseño se incorporó lo analizado en los combates aéreos contra los MiG soviéticos en la Guerra de Vietnam.

Si bien sus sobrecostos hicieron que por poco el Congreso cancelara el proyecto, un inesperado salvador llegó para su rescate: Mohammad Reza Pahlavi, sah de Irán.

Tal como consigna Popular Mechanics, en la década de 1970, el monarca -quien por aquel entonces era un aliado clave de Washington- ordenó la compra de 80 F-14 para Irán, acuerdo bajo el cual pilotos iraníes viajaron a San Diego, California, para entrenar en la base naval Miramar.

Fue así como los aviadores, entre los que se encontraba Zandi, regresaron a su país en el Medio Oriente con los conocimientos necesarios para operar estas sofisticadas aeronaves. Sin embargo, en 1979 ocurrió algo que no estaba en los planes originales. Tras varios meses de protestas, Mohammad Reza fue derrocado.

De esta manera, el líder de la revolución, el ayatolá Ruhollah Jomeini, se hizo del poder e instauró la república islámica actualmente vigente. El líder político-espiritual no sólo gobernó con mano de hierro, ordenando la ejecución de miles de prisioneros políticos, sino que también dio un golpe de timón en las relaciones con Estados Unidos, país al que no dudó en calificar como el “Gran Satán”.

Otra de sus medidas fue la de dejar en tierra los F-14 adquiridos pocos años antes. A su vez, encarceló a los pilotos de combate iraníes que habían sido entrenados por el gobierno norteamericano.

No obstante, poco después ocurrió un nuevo hecho inesperado que hizo cambiar el curso de la historia. En septiembre de 1980, el dictador de Irak, Saddam Hussein, invadió Irán.

Específicamente, Hussein buscaba invertir la delimitación de fronteras entre ambos países, la cual había sido establecida en los Acuerdos de Argel de 1975.

Esto llevó al ayatolá Ruhollah Jomein a cambiar de parecer, ya que se dio cuenta que los pilotos de F-14 le eran mucho más útiles en lo aviones que tras las rejas, por lo que ordenó su liberación.

Ya en libertad, Zandi y otros 63 pilotos comenzaron a prepararse para enfrentar a los MiG-25 iraquíes, los que causaban estragos en territorio iraní. A los días los F-14 de Irán estaban nuevamente en el aire.

En poco tiempo, demostró sus capacidades únicas a bordo del F-14, logrando derribar -de manera comprobada- 11 aviones pertenecientes a Irak, entre los que se cuentan cuatro MiG-24, dos Su-22, dos MiG-21 y tres Mirage F-1.

Desarrollado por Grumman Aerospace, el F-14 había demostrado ser un avión excepcionalmente efectivo y letal, lo que combinado con la pericia del piloto, le permitía imponerse fácilmente en el aire por sobre otros modelos en igualdad de condiciones.

La audacia de Zandi quedó demostrada una mañana de 1988, cuando en los campos petrolíferos de Jark, una isla iraní en el golfo Pérsico, comenzó a internarse en su avión para sumarse a una batalla contra las aeronaves de Irak.

Súbitamente fue interceptado por ocho aviones Mirage. Lejos de inmutarse, el piloto iraní les hizo frente, impactando dos de sus misiles Sidewinder en aeronaves enemigas. Así, sumó dos nuevas bajas en su haber. No obstante, finalmente fue alcanzado por fuego enemigo, debiendo eyectarse junto a su oficial de radio. Ambos sobrevivieron.

Gracias a sus 11 bajas aéreas durante la guerra, Zandi se transformó en el piloto de F-14 más letal de la historia. Pero no sólo eso, ya que además es el segundo piloto con más victorias aéreas sobre un avión supersónico. En este apartado, sólo lo supera el israelí Giora Eptein con 17 victorias en su Mirage-III/Nesher.

Considerado uno de los pilotos más condecorados de ese conflicto, con un historial que lo califica como un “as de la aviación”, Zandi pasó a ganarse el apelativo del “verdadero Maverick”.

Luego de su retiro como piloto, se desempeñó como diputado de planificación y organización de la Fuerza Aérea Iraní. Su vida encontró su fin en un accidente automovilístico cerca de Teherán, junto a su esposa Zahra Moheb Shahedin, el 1 de abril de 2001.

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