¿Qué pasó con José, padre de Jesús, y por qué no estuvo presente cuando lo crucificaron?

 

¿Te has preguntado que pasó con José, padre adoptivo de Jesús? De hecho, es una de las figuras más importantes del Catolicismo, parte del importante núcleo familiar de Jesús, también llamado “hijo de Dios”, pero por alguna razón no es mucho lo que se sabe de él según la Biblia.

Se desconoce por qué José no está presente en la adultez de Jesús y en los momentos de su crucifixión, como sí lo está María. Algunos historiadores y expertos de la teología, apuntan a que es posible que muriera durante la adolescencia de Jesús, pero no hay registro de ello en las escrituras.

De acuerdo con un artículo de la Saint Joseph University, José sólo es mencionado en algunos evangelios de Mateo y Lucas y no existen diálogos que se atribuyan a él. Además, ambos apóstoles se contradicen en lo que respecta a su lugar de residencia al inicio de la historia: Nazaret o Belén.

“Lucas explica que un impuesto romano lo lleva a Belén, donde nace Jesús, mientras que Mateo lo muestra recibiendo mensajes en sueños, incluido el de hacer un nuevo hogar en el norte de Nazaret con María y Jesús”, dice el artículo.

Gracias a Mateo, se conoce que José era carpintero, puesto que se refiere a él en algunas ocasiones como ‘tekton’, palabra del idioma griego que se utiliza para definir a un artesano de la madera, el metal y la piedra. Mientras que Lucas es quien lo menciona por última vez en la Biblia, cuando Jesús tenía 12 años.

El evangelio de Lucas (Lc 2,41-52) relata una anécdota en la que durante un viaje a Jerusalén, José y María perdieron a Jesús y estuvieron buscándolo durante tres días, hasta que lo encontraron en un templo, donde él mencionó que estaba en casa de su padre, refiriéndose a Dios. Allí terminaría todo lo que se conoce de José.

¿Qué pasó con José?

Si bien, la Biblia no reconoce más relatos sobre José, existen otros entre los textos apócrifos, que son los que no están reconocidos por la Iglesia en el canon de la historia que relatan las escrituras oficiales.

Según recoge la revista Muy Interesante, estos textos alternativos afirman que José falleció producto de una enfermedad, cuando Jesús tenía entre 20 y 30 años, pero antes de que comenzara su vida pública.

Allí mencionan que su muerte ocurrió el 20 de julio del año 18 d. C en Egipto y que para entonces tenía más de 100 años de edad, pero esto contradice la versión de la Iglesia, que dice que José pudo haber fallecido entre los 50 y 60 años.

Además, la esperanza de vida de los hombres en los tiempos de Jesús, no superaba mucho más de los 50 años, y sumado a esto, no se conoce el detalle de qué edad tenía José cuando nació Jesús.

Otras teorías de la muerte de José

El final de José según los apócrifos, no es la única versión. Por ejemplo, San Epifanio, obispo que vivió entre los años 300 y 400 d. C, considerado “Padre de la Iglesia”, decía que José murió poco después de que Jesús cumplió 12 años.

Adicionalmente, San Bernardino, famoso predicador por los años 1.400 d.C, decía que José tuvo una muerte tranquila en la que lo acompañaron María y Jesús. De hecho, lo llamaba “Patrono de la buena muerte”.

Algunos creyentes incluso piden a José en sus últimos momentos para morir en paz con una oración que respalda la teoría de San Bernardino: “Jesús, José y María les doy el corazón y el alma mía. Jesús, José y María, asístanme en mi última agonía. Jesús, José y María, descanse en paz con ustedes el alma mía”.

Sin embargo, otras versiones apuntan a una muerte diferente, como la de la monja María de Jesús Agreda, quien en sus relatos aseguró que José pasó aproximadamente 8 años con dolores y enfermedades antes de fallecer.

También conocida como ‘La Venerable’, dijo que tuvo una “revelación privada”, donde se enteró de los últimos momentos de José. En su libro Mística Ciudad de Dios (1670), relató que Jesús le pidió a Dios por su tranquilidad para que sus últimos días fueran más llevaderos y entonces José escuchaba a los ángeles cantar alabanzas antes de morir.

Además, al momento de su muerte, sufrió 24 horas de éxtasis, donde dejó de estar postrado, bendijo a María y reconoció a Jesús como “hijo de Dios”.