Cientos de holandeses protagonizaron una “batalla” en el centro de Ámsterdam con el objetivo de protestar contra la prohibición rusa de importar productos agrícolas de la Unión Europea.
Alrededor de 120 mil tomates no aptos para el consumo fueron empleados en esta “guerra”, cuyo dinero que se recaudó será usado para ayudar a los productores afectados por el boicot de Rusia.