INTERNACIONAL

Defensor del Pueblo estima que son alrededor de 440.000 las personas que han sido abusadas en la Iglesia Católica en España

En el estudio, además se expone que en el ámbito religioso católico, las víctimas más recurrentes son niños o jóvenes varones, siendo el 53.8% de los casos.

 

España, un país mayoritariamente católico, ha experimentado un cambio drástico en su percepción religiosa. De ser un país sin casos de pederastia reconocidos oficialmente en la Iglesia Católica, el país europeo ahora se encuentra en una situación donde tiene el cálculo más alto de víctimas de abuso religioso en el mundo. Según una encuesta realizada por el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, aproximadamente el 1,13% de la población adulta actual en España ha sufrido abusos en el ámbito religioso.

El Defensor del Pueblo ha eludido proporcionar cifras exactas en su presentación, pero según estimaciones de El Paíseste porcentaje se traduce en alrededor de 440.000 personas de entre 18 y 90 años. Esto en una población de aproximadamente 38.9 millones de empadronados en España en 2022.

La encuesta, realizada por la firma GAD3 para el Defensor del Pueblo, entrevistó a más de 8,000 personas. Los resultados revelan que el 0,6% de las personas encuestadas afirma haber sufrido abusos a manos de sacerdotes o religiosos, lo que equivale a aproximadamente 233.000 personas. El resto de las víctimas afirmó haber sido abusadas por laicos en instituciones religiosas.

Impacto de la investigación periodística en el reconocimiento de casos de abuso

Estas cifras, que superan las 330,000 víctimas que se estimaron en Francia en 2021, representan un giro histórico. Durante décadas, España mantuvo un silencio sobre los casos de abuso en la Iglesia Católica, seguido de años de negación y encubrimiento. Hasta hace dos años, la Iglesia española afirmaba que tenía conocimiento de “cero o muy pocas” denuncias. El impacto de una investigación realizada por El País en 2018 fue crucial para dar visibilidad a las voces de cientos de víctimas y presionar al Congreso a investigar a fondo esta problemática. La Iglesia católica también proporcionó cifras, aunque de manera incompleta y descoordinada, por primera vez. Las diócesis y órdenes religiosas reconocieron 1,104 casos y 1,430 víctimas.

Resultados adicionales de la encuesta

La encuesta también reveló que aproximadamente el 11,7% de las personas encuestadas afirmó haber sido víctima de abuso sexual durante su infancia o adolescencia, principalmente en el ámbito familiar. Las tasas de abuso son más altas en mujeres, con un 17%, en comparación con un 6% en hombres. Sin embargo, en el ámbito religioso, el abuso se produce con mayor frecuencia en hombres, representando el 53.8% de las personas abusadas.

El informe destaca que el estudio también identifica factores de riesgo específicos, incluyendo el celibato obligatorio, la administración de la penitencia y la percepción problemática de la sexualidad. Hasta hace poco, la Iglesia católica tendía a considerar los abusos sexuales como un pecado del abusador más que como un daño causado a la víctima.

Recomendaciones del informe y el papel del Estado

El informe, que consta de 779 páginas, titulado “Informe sobre los abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica y el papel de los poderes públicos. Una respuesta necesaria”, critica la falta de colaboración de la Iglesia en la investigación, aunque algunas diócesis han colaborado más que otras. El informe sugiere la creación de un órgano especial de carácter temporal para reparar a las víctimas en los casos en que, debido a la prescripción del delito u otras causas, no se haya podido seguir un proceso penal.

Propone la creación de un fondo estatal para el pago de indemnizaciones en colaboración con la Iglesia. Además, aboga por la celebración de un acto público de reconocimiento a las víctimas. Sin embargo, el informe no incluye la imprescriptibilidad de estos delitos entre sus recomendaciones.

Cuestionamientos a la falta de colaboración de la Iglesia

El informe critica que, durante mucho tiempo, la Iglesia católica ha negado o minimizado el problema de los abusos sexuales, y su respuesta ha estado marcada por la negación o la minimización de la magnitud del problema. La respuesta oficial de la Iglesia a las solicitudes de información sobre estos abusos ha reflejado cautela y reticencia.

También destaca que se han detectado actitudes de ciertos obispos que parecen evitar abordar el tema. Como si intentaran pasar página sin un esfuerzo real por reconocer el alcance del problema y su impacto en las víctimas.

 

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