INTERNACIONAL

Nuevo primer ministro de Francia es el más joven de la historia

Ya se habla del sucesor de Macron

El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, designó este martes al nuevo primer ministro, Gabriel Attal. De esta forma, se convierte en el más joven de la historia del país con 34 años en ocupar el puesto.
La relevancia de esta designación radica en que tras un año y medio de su segundo mandato, el gobierno de Emmanuel Macron no logra despegar, ya que está involucrado en medidas impopulares como la reforma de las pensiones que paralizó el país durante meses o la ley de inmigración que si bien es aplaudida por un sector, tiene muchos opositores también.
Así es como se espera que Gabriel Attal haga uso de sus dotes políticos e interpretativos, que según consignan los análisis, han sido adquiridos en el seno de su familia, una que hizo fortuna en el mundo del cine. Tanto así, que incluso algunos hablan de que es un «clon» del mandatario francés y otros análisis no descartan que se transforme en su sucesor. 

El nuevo jefe del Ejecutivo tiene tres años menos que los que tenía Laurent Fabius cuando en 1984 fue elegido por François Mitterrand como el más joven jefe del Ejecutivo. En los últimos seis y medio, Attal había ocupado cuatro puestos diferentes en el gabinete antes de ser elegido para dirigirlo. Licenciado en Ciencias Políticas, militante socialista entre 2006 y 2016, ha sido moldeado en el gabinete ministerial del otrora mandatario François Hollande.
Tras eso, Attal se subió en la primera hora al carro de Macron cuando este se lanzó a la conquista del Elíseo en 2016 y en la campaña electoral de 2017 fue su portavoz. También fue el político más joven en entrar al Gobierno francés, cuando en 2017 fue parte del Ejecutivo como secretario de Estado de Educación y Juventud, con 29 años. Esas responsabilidades pronto le quedaron pequeñas y tres años más tarde dio el salto a ser el portavoz del Gobierno, donde se convirtió en un rostro familiar de los franceses.
Su reputación fue cobrando peso político y con solo 33 años se hizo cargo del estratégico Ministerio de Hacienda, que apenas ocupó catorce meses antes de afrontar el reto de Educación, donde su lucha contra el acoso escolar, que él mismo confesó haber sufrido, apuntaló su popularidad en apenas medio año. Macron ha buscado su capacidad de trabajo, su versatilidad para afrontar diferentes frentes y, sobre todo, la empatía que ha demostrado con la sociedad que lo ha llevado a tener altos índices de popularidad. Su padre, Yves, de origen judío tunecino y fallecido en 2015 tras un fulminante cáncer, fue productor en Francia. Su madre, Marie de Couriss, descendiente de una familia cristiana ortodoxa griega de la ciudad ucraniana de Odesa, también trabajó en una productora de cine.
El propio Gabriel Attal, nacido en Clamart y criado en barrios nobles de la capital, hizo sus primeros pasos en el celuloide al presentarse a varios castings en su etapa de estudiante, incluso para algún papel protagonista, aunque no fue elegido por su falta de experiencia, lo que no le impidió que ganara algo de dinero con roles secundarios, lo que le permitió comprarse su primera motocicleta. Descrito como brillante y atento por sus colaboradores, el ex ministro de Educación ha sorprendido por su habilidad para sacar partido de las responsabilidades que le han otorgado, pese a que a su juventud muchos pensaban que se estrellaría en el intento.
El aterrizaje al frente del Ejecutivo será una nueva prueba de fuego para este político originario del ala más moderada del Partido Socialista, descrito como pragmático, que enseguida enlazó con la sensibilidad reformista de Macron y que ahora busca relanzarla. Marcado por la muerte de su padre, confesó en una entrevista televisiva que «fue el único en la familia que me impulsó a lanzar mi carrera política (…) No solo es duro que no esté aquí para verlo ahora, es que cuando murió ni siquiera era algo que parecía posible», reconocía hace un año.

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